Tras la instrucción 3/2016 de la Dirección General de la Inspección de Trabajo, durante más de un año los titulares de las farmacias han tenido que llevar un registro de la jornada ordinaria de sus trabajadores, ya que en las Inspecciones periódicas que lleva a cabo la Administración se realizaba el control de dicho registro, y se abrían expedientes sancionadores a las farmacias que no llevaran el cómputo de la jornada ordinaria de sus empleados o si se detectaban errores.
Esta situación da un vuelco al resolver el Pleno de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo una sentencia que revoca parcialmente lo dictado previamente por la Audiencia Nacional. Con ello, el titular farmacéutico deja de estar obligado a llevar un registro de la jornada diaria de aquellos trabajadores que estén a jornada completa, salvo que realicen una jornada extraordinaria u horas extra.
Además, se aclara que la omisión del registro o la falta de información a los trabajadores sobre las horas realizadas en jornadas especiales, constituirá una falta leve, no una falta grave como se consideraba hasta ahora. Con todo ello, los magistrados del Supremo recomiendan una reforma legislativa que clarifique y regule la obligación de llevar un registro horario y que facilite al trabajador la prueba de la realización de las horas extraordinarias.
Una sentencia acertada
Desde la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, FEFE, su secretario general Luis de Palacio afirmaba: «La sentencia es un alivio para los titulares, porque el control de las horas era una cuestión que enrarecía el ambiente de trabajo». Además, el asesor jurídico del COF de Zaragoza, Ángel Giner, califica de muy acertada la resolución ya que «elimina un trámite muy farragoso».
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