Castilla y León se encuentra en plena fase de pruebas para la implantación de la receta electrónica en toda la región. Las primeras localidades vallisoletanas donde se ha iniciado esta fase piloto han sido Portillo y Cigales.
Este procedimiento que comenzó el pasado 24 de julio estará en pruebas durante las primeras seis semanas, y posteriormente, en la séptima y octava semanas se extenderá a todas las farmacias de ambas localidades.
La previsión del nuevo presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla y León, Antonio Carrasco, es expandir progresivamente este sistema a toda la región a partir del mes de octubre. Según el presidente, esta implantación es un gran reto ya que Castilla y León tiene una gran dispersión y extensión geográfica.
Hay que tener en cuenta que las primeras pruebas para implantar la receta electrónica en Castilla y León se hicieron en 2009 pero nunca se llegó a efectuar la instalación definitiva por las dificultades técnicas y la crisis. Sin embargo, el presidente saca el lado positivo afirmando que al ser prácticamente los últimos, es más fácil evitar errores cometidos por otros.
El procedimiento de instalación se hará de las zonas rurales hacia las capitales, siendo las farmacias urbanas las últimas poseer un sistema de receta electrónica. Para que esta implantación no suponga gastos innecesarios a los farmacéuticos, se han facilitado ayudas desde las diputaciones para las farmacias que no dispongan de medios técnicos ya que la instalación de este sistema de receta electrónica conlleva un desembolso de unos 3.000 euros en equipamiento desde la compra de ordenadores actualizados, hasta lectores y conexiones fiables a la red.
Además, los centros de salud ya han iniciado el proceso de formación y adaptación a la receta electrónica.
