María Dolores Pérez Núñez, farmacéutica de 50 años, ha vendido una farmacia en Torre de Juan Abad (Ciudad Real) y ha comprado otra en Móstoles (Madrid) bajo la asesoría de PFARMA. Ahora su farmacia, abierta durante 12 horas, cuenta con dos técnicos, una adjunta y un auxiliar. En esta entrevista nos cuenta la “locura” que supone cambiarse de localidad.
Para conocerte un poco más, ¿cuándo surge tu vocación de ser farmacéutica?
Surge espontáneamente, debido a que las asignaturas que tenía, me gustaron. Fui la primera de la familia en ser farmacéutica, después mi hermana pequeña me siguió. Realicé mis estudios en la Universidad Complutense de Madrid. La verdad, es que la carrera es muy completa, se estudia mucho pero se aprenden cosas muy interesantes.
¿Siempre fue tu sueño tener una farmacia?
No, la carrera de farmacia tiene muchísimas salidas y yo quería hacer cualquier cosa menos trabajar en una oficina de farmacia, pero al final acabé aquí. Estuve en educación haciendo algunos cursos, empecé a hacer sustituciones en otras farmacias, y a los dos años compré la mía en Torre de Juan Abad (Ciudad Real), donde he pasado los últimos 24 años de mi vida.
¿Por qué te has decidido a cambiar de farmacia?
Porque mis hijos están en Madrid estudiando y mi marido había vivido en Madrid de pequeño y le gustaba. Así que como nos apetecía estar más cerca de los chicos y decidimos cambiarnos.
¿Cómo conociste a PFARMA? ¿Por qué elegiste sus servicios?
Los conocimos a través de la web, buscando empresas que se dedicaran a esto y después gente que había vendido o comprado con ellos nos dieron referencias. Elegimos sus servicios porque nos atendieron bien, vinieron a conocer nuestro proyecto, escucharon nuestras inquietudes y nos estuvieron informando muy bien. Desde que firmamos con ellos pasaron cinco o seis meses hasta que se realizó la compra.
¿Qué ha significado para ti la relación con esta empresa de consultoría? ¿Cómo ha sido su trato?
Han hecho posible un cambio muy difícil porque en cinco meses tuvimos que cambiar de farmacia y dejar el lugar donde vivíamos. Ha sido una auténtica revolución en nuestras vidas y ellos nos han ayudado mucho. Siempre atendiéndonos con un trato muy cordial, cercano y eficaz.
¿Qué requisitos debía reunir la farmacia que buscabas?
Las tres condiciones que pusimos eran la localidad que pensamos en Móstoles, aunque si no hubiéramos encontrado en esa zona, hubiéramos ampliado el área de búsqueda. El volumen, que fuera un poco más grande que la que teníamos pero sin excedernos. Y, por último, nos gustaba que viniera más gente de barrio que de paso.
Y ahora que tienes tu propia farmacia, ¿cómo ves el mercado?
En Móstoles hay mucho más movimiento porque hay más población. La otra farmacia era rural, con poca gente y aquí hay más población a la que llegar: los clientes son los que hay pero existe también mucha más gente de paso que a veces entra a ver quién es la nueva titular de farmacia. Es totalmente diferente. La verdad que me gustan las dos formas de trabajar porque han sido 24 años en mi pueblo y me he sentido muy querida y muy a gusto, pero ya era el momento de cambiar.
¿Qué perfil tiene el vendedor de una farmacia?
En mi caso, era una persona que se quería jubilar, se lo estaba pensando, llegó el momento y al hacerle la oferta, se decidió. No hemos tenido ninguna complicación en la transacción, además, teníamos una buena relación entre comprador y vendedor, así que no hubo problemas.
¿Crees que existe una tendencia en alza de compraventa de farmacias?
Hay mucha gente en edad de jubilarse que compró la farmacia hace unos años. El mundo de la farmacia ya no es el que era antes, ya que no todos los hijos siguen el camino de sus padres, por lo que imagino que la gente se está animando a comprar más y a jubilarse. Además, los bancos lo están poniendo más fácil, ofreciendo unos intereses más asequibles que otros años.
Ahora que ya tienes tu propia farmacia, ¿qué le dirías a alguien que todavía está indecisa en comprar una farmacia?
Es una locura pero hay que arriesgarse. Yo les diría que si tienen ilusión por hacerlo, que se animen tanto si es por cambiar de zona como por empezar en este mundo de ser autónomo. Se trabaja muchísimo pero merece la pena. No puedes quedarte sin lanzarte por miedo al riesgo. Además, siempre está la opción de buscar una buena empresa que te guíe y sepa localizar lo que necesitas.
¿Recomendarías los servicios de PFARMA?
Sí, porque me han dado lo que quería y me han ayudado a hacer esta “locura”, este cambio. De hecho, ya lo he recomendado a otras personas interesadas.