El pasado domingo, 25 de noviembre, se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer con el objetivo de concienciar a la sociedad y mostrar compromiso con las víctimas. Los farmacéuticos comunitarios muestran cada vez una mayor implicación en la detección y actuación de este tipo de violencia.
En abril de 2018 se firmó una colaboración entre el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmaceuticos (CGCOF) y el Ministerio de Sanidad para detectar las primeras señales desde la botica. Este convenio ha impulsado a los COF de diferentes autonomías a desarrollar programas de formación. Sin embargo, otros ya los habían iniciado antes, como Castilla y León y Castilla-La Mancha.
Así, según datos del Observatorio Estatal de Violencia contra la Mujer, el número de farmacéuticos que participaron en programas de formación por ámbito laboral durante 2017 fueron 367: 296 en Castilla y León y 71 en Castilla-La Mancha. En cuanto al número de farmacéuticos que impartieron formación fueron 9, todos de Castilla y León.
La pionera, por tanto, fue Castilla y León, con su Proyecto para la detección precoz de la violencia de género en farmacia comunitaria, desarrollado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y el Consejo de COF de Castilla y León en 2017, premiado como iniciativa del año por CF. Aparte, los farmacétuicos de esta comunidad se están formando también de forma online.
Dicho protolocolo contempla distintos escenarios a los que se puede enfrentar el farmacéutico: desde situaciones de emergencia que requieren del contacto inmediato con el 112 a situaciones en las que la mujer no se reconoce como víctima, una circunstancia que requerirá por parte del farmacéutico de una labor de sensibilización y apoyo a más largo plazo. El protocolo establece que a las mujeres que acudan a las farmacias y sí se reconozcan como víctimas, se les ofrecerá información sobre recursos y prestaciones en materia de violencia de género, así como su derivación a los Centros de Acción Social (CEAS). Todo ello sin perder de vista varios conceptos ineludibles: escucha activa, apoyo, respeto a sus decisiones, resolución de sus dudas, así como la necesidad de generar clima de confianza y seguridad.
Por su parte, Ignacio José Romeo, presidente del Consejo de Castilla-La Mancha de COF, subraya la importancia de una formación, realizada en los cinco COF de la comunidad, “donde nos enseñaron a detectar algunos síntomas que nos hicieran sospechar de algún tipo de violencia, aunque fuera sólo verbal”.