El empeño del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y Sigre por concienciar a los ciudadanos acerca de la importancia de mantener adecuadamente el botiquín y evitar la automedicación tiene resultados positivos. Según el último estudio de Sigre, más de la mitad de los consultados revisa dos veces al año su botiquín y que el 87 por ciento de ellos considera que automedicarse con fármacos sobrantes puede entrañar algún riesgo para su salud.
La implantación de los puntos Sigre en las farmacias tiene una doble intención: por un lado, sanitaria al evitar posibles accidentes por el uso inadecuado de restos de medicamentos; y por otro ambiental al limitar el riesgo que supone desechar fármacos caducados en la basura o el desagüe.
El contenido del botiquín casero: “Debe contener material de limpieza y cura de lesiones en la piel (gasas, algodón, esparadrapo, vendas, apósitos, suero fisiológico, solución antiséptica, crema para quemaduras leves…), termómetro y ciertos medicamentos para el autocuidado que no precisen de receta médica: analgésicos, antiinflamatorios, antipiréticos o antiácidos”, explica Vicente Colomer Molina, secretario y vocal de Farmacia Comunitaria del COF de Valencia.
En este aspecto, la labor de concienciación y asesoramiento por parte del farmacéutico es fundamental. Además, el farmacéutico puede evaluar el conocimiento del paciente sobre la indicación y posología de los medicamentos y proceder, en caso necesario, a realizar las oportunas retiradas con su consentimiento. Colomer hace especial hincapié en la presencia de medicamentos que provienen de tratamientos anteriores, que constituyen un resto y que puede llevar a un uso inadecuado por automedicación.
Los expertos realizan algunas recomendaciones, como no acumular fármacos para más de dos meses de tratamiento. Además, aconsejan guardarlos en su envase original y el prospecto porque aparece toda la información para hacer un buen uso del fármaco. El botiquín debe estar siempre cerrado y fuera del alcance de niños en un sitio fresco, seco, limpio y preservado de la luz.