Desde muy pequeño, Carlos De Nova vivió de cerca la farmacia comunitaria. En la farmacia de su padre pudo ver día a día el trato con el paciente y enamorarse de la profesión.
Ahora, a sus 24 años, ha adquirido junto a su padre una farmacia en la calle Juan José Ceballos Baena, número 1 de Málaga, convirtiéndose así en el comprador más joven con el que ha trabajado PFarma.
PFarma: ¿Cómo llegaste a la farmacia comunitaria?
Carlos: Me he criado en el ámbito de la farmacia comunitaria. Mi intención al terminar la carrera en Sevilla era ingresar en el Ejército y trabajar allí en la farmacia. Pero tras un breve período trabajando en farmacia comunitaria dije: “este es mi sitio”. Es una carrera compleja, pero estaba muy motivado.
PF: ¿Qué te hizo decidir comprar tu propia farmacia?
C: Estuve realizando prácticas en Sevilla, pero me di cuenta de que lo que aprendes es solo la punta del iceberg. Después, empecé a trabajar en la farmacia de mi padre, y pronto fui consciente de todas las áreas que tiene la farmacia. Vi que no tenía nada que ver trabajar en la farmacia de otra persona con ser el titular. Fue una gran experiencia porque ¿Quién mejor que mi padre para enseñarme? Ahí decidí que yo también quería llevar mi propia farmacia. Ahora estoy aprendiendo mucho y rápidamente a gestionar, hacer pedidos o hablar con los laboratorios. Es una profesión espectacular.
PF: ¿Cómo conociste a PFarma?
C: Mi padre ya había vendido con PFarma una primera farmacia, comprando otra en un pueblo cercano. En aquel momento yo estaba empezando la carrera. Cuando decidimos vender esa farmacia para comprar en Málaga y conocí a los asesores de Pfarma no tuve ninguna duda.
PF: ¿Cómo ha sido el proceso y la experiencia de trabajo con PFarma?
C: Ha sido complicado porque ha habido mucha negociación. Pero PFarma ha peleado como nadie por nosotros. Son profesionales sinceros y con palabra. Puedes llamar en cualquier momento con dudas, que siempre te responden con amabilidad explicándote todo tantas veces como fuese necesario. No tengo suficientes palabras de agradecimiento. Los asesores de PFarma tienen una profesionalidad increíble. Si quieres una farmacia, moverán cielo y tierra para conseguírtela. En mi familia, ya se han realizado varias compraventa de farmacia y siempre con PFarma. Y no tengo dudas de que si algún día volvemos a comprar o vender una farmacia será también con esta empresa. No creo que exista mejor opción.
PF: ¿Qué es lo que más te gusta de la farmacia comunitaria?
C: Me encanta el trato con el paciente. Es increíble el cariño que te muestran. Voy por la calle y me paran para agradecerme, para contarme que lo que les he recomendado les ha ido bien. Sobre todo, tengo anécdotas con personas mayores que llevaban algún tiempo con un problema que no conseguían solucionar y han venido a la farmacia emocionados a darme las gracias. Poder ayudar a las personas de esa forma y que depositen en mí su confianza es emocionante. Llevo poco tiempo y he tenido una acogida y un cariño increíble. Eso es lo mejor.
También me gusta hablar y reunirme con otros compañeros farmacéuticos y poder compartir impresiones y conocimiento.
PF: ¿Qué ideas o retos profesionales tienes para el futuro?
C: Lo primero, seguir formándome mediante masters y cursos. La profesión farmacéutica es preciosa y no quiero parar de aprender. Me encanta escuchar y ayudar, y para poder ayudar tienes que saber hacerlo.
Además, me gustaría introducir algunos nuevos servicios en la farmacia. Por ejemplo, en nuestra zona hay bastantes pacientes mayores, así que me gustaría formarme en dermatología geriátrica y poder darles consejo y ayuda. También hay muchos niños y considero que aquí, en Málaga, con el sol es importante recibir educación sobre el cuidado de la piel para así evitar problemas futuros por exposición solar. Me gustaría poder inculcar esto a los niños desde pequeños.
PF: ¿Qué aconsejarías a otros farmacéuticos que como tú tengan inquietud por tener su propia farmacia?
C: Que tiren para delante sin duda. No es sencillo, pero es una experiencia increíble. No tiene nada que ver con trabajar en la farmacia de otra persona. Al principio hay mucho papeleo; pero una vez que todo sale, que la farmacia va adelante y coge ritmo es una experiencia preciosa que merece la pena vivir. Se la recomiendo a todos los farmacéuticos.
