Doce millones de españoles se han sentido estresados en alguna ocasión durante el último año, así lo indica el VII Estudio CinfaSalud: Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés, avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés y que se ha presentado con motivo del próximo Día Mundial de la Salud Mental.
Julio Maset, médico de Cinfa, explica que «el estrés es una reacción rápida del cuerpo ante una demanda o desafío, que no tiene por qué ser negativa. De hecho, un nivel moderado de estrés es normal. El problema surge cuando el individuo no cuenta con los recursos suficientes para afrontarlo y se siente sobrecargado».
Los síntomas que más perciben los españoles que sufren estrés son irritabilidad, ansiedad o insomnio, seguidos de dolores de cabeza, musculares y fatiga física. Lo preocupante es que la mitad de las personas que sufren estrés de manera frecuente o continua, acaban desarrollando una enfermedad física o problemas como depresión. Un alto porcentaje afirma que les genera problemas de concentración y rendimiento.
Los menores de 45 años presentan un mayor grado de estrés. De hecho, por ocupación, los estudiantes son quienes indican sufrirlo de manera frecuente, seguidos de personas en busca de su primer empleo. También el hecho de tener hijos influye significativamente en el nivel de estrés y, recientemente las nuevas tecnologías se están revelando como una importante fuente de estrés ante la imposibilidad de desconectar, la necesidad de respuesta rápida o incluso la dependencia que pueden generar.
La farmacia puede jugar un papel clave a la hora de prevenir que estos problemas deriven en patologías graves, mediante la educación en salud y la promoción de la hábitos alimenticios y actividad física correctos, ya que las personas que hacen deporte, evitan estilos de vida poco saludables y siguen una alimentación correcta se estresan con menos frecuencia.
El 16,4% de los españoles que se han sentido estresados ha recurrido a ansiolíticos, relajantes, antidepresivos o somníferos bajo prescripción médica, pero un 3,1% declara automedicarse. Además, el 23% ha recurrido a infusiones, complementos o productos similares por su cuenta, mientras que un 6,4% lo ha hecho asesorado por su farmacéutico. Un 58,3% no ha tomado nada.