Hay 2,4 millones de españoles diagnosticados de depresión mayor, una de las patologías con menor grado de adherencia a los tratamientos. De hecho, tan solo el 28 por ciento de los pacientes con depresión cumple adecuadamente el tratamiento. La intervención del farmacéutico, es clave en la adherencia a los tratamientos antidepresivos, ya que tiene una importante labor para intervenir en la prevención y en la información al paciente, así como en la derivación al médico.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, CGCOF, ha publicado un informe, con motivo del Día Mundial de la Salud abarcando estas cuestiones en relación a la depresión y su tratamiento. «El abandono prematuro del tratamiento antidepresivo, constituye una barrera importante para el tratamiento de la depresión en la práctica clínica diaria y tiene impacto negativo en caso de tratamientos posteriores», es una de las conclusiones de dicho informe. Y es que, un aspecto relevante es el síndrome de suspensión brusca del tratamiento, ya que un 20 por ciento de los pacientes que interrumpen bruscamente su tratamiento antidepresivo, sufren síntomas como cefaleas, mareos, inquietud, naúseas, hormigueos, diarreas, etc. Además, supone una gran tasa de recaídas con la consecuente pérdida de calidad de vida del paciente y su entorno.
La importante labor del farmacéutico
El documento destaca la importante labor que pueden desarrollar los 48.500 farmacéuticos comunitarios que en España trabajan en 22.000 farmacias, en materia de prevención, información, derivación al médico, así como en el seguimiento farmacoterapéutico.
La mejora de la adherencia al tratamiento, supondría alrededor de 2.572 recaídas menos, teniendo ello un impacto de la disminución en 100 millones de euros de gasto sanitario directo evitable.
Asimismo, es fundamental la labor realizada concienciando a la población sobre la necesidad de llevar al punto SIGRE, los restos de medicamentos y no acumular tratamientos no finalizados. Esta recomendación cobra especial importancia en el caso de medicamentos psicotrópicos o de potencial toxicológico elevado, como los dispensados a pacientes con trastorno del estado de ánimo.