Son muchos los niños que vuelven hoy a llenar las aulas. Entre los preparativos para este nuevo curso, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas recomienda revisar la vista ya que uno de cada cuatro niños con edad escolar padece defectos visuales como la miopía, el ojo vago o la hipermetropía y esto puede afectar a su rendimiento académico si no se detecta a tiempo.
“La visión resulta clave para el aprendizaje, la actividad física y las relaciones sociales”, comentan desde la institución. Y es que cuando un defecto visual no se deteca a tiempo, el cerebro de los más pequeños se adapta a esa deficiencia, lo que contribuye a que pase desapercibida.
El 30% del fracaso no está relacionado con la inteligencia de los alumnos, sino con defectos visuales. Por eso, «en estas fechas, resulta esencial que su visión sea perfecta«, ha destacado Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
El ojo vago
Uno de los problemas más comunes, que afecta sobre todo a niños menores de siete años, es el ojo vago o ambliope. Los niños con esta patología presentan una agudeza visual menor a la normal, incluso a través de gafas, y necesitan de un tratamiento específico. Estos tratamientos resultan más eficaces cuanto más joven es la persona, pero tienen una fase crítica tras la cual la recuperación es menos probable y en cualquier caso más lenta, de ahí la importancia de su detección a tiempo.
Recomendaciones para la detección
Aquí tanto los familiares como los profesores tienen un papel fundamental para detectar problemas visuales en los niños ya que en muchas ocasiones puede haber una confusión con síntomas que aprecen en algunos trastornos del aprendizaje. Algunas recomendaciones son:
- Prestar atención si el menor se acerca mucho a los libros o a la televisión.
- Si presenta distracción continuada y baja comprensión.
- Si se fatiga ante los estímulos visuales.
- La mala escritura, la visión borrosa o la tortículis al leer o hacer los deberes.
- La astenopía, hiperactividad durante la clase o el bajo rendimiento escolar son factores claves para detectar un defecto visual.
