El incidente sucedió en Quebec, Canadá, durante este fin de semana por la celebración de la noche de Halloween. Como es tradición, zombies, fantasmas, monstruos y brujas cobran vida de la mano de los más pequeños de la casa, con un objetivo: conseguir caramelos. Un “truco o trato” que en esta ocasión podría haber salido caro.
El suceso transcurrió en una farmacia cuando una mujer perdió la medicación de su hijo de 17 años. Otro cliente vio unas pastillas en el suelo y las dejó encima del mostrador, muy cerca de la cesta donde se encontraban los caramelos de Halloween que se repartían a los niños.
Según explican los medios locales, desafortunadamente un empleado mezcló las pastillas por error con los caramelos.
La medicación distribuida eran antipsicóticos, utilizados regularmente para tratar la esquizofrenia y la depresión, y antiepilépticos, que se emplean para tratar el trastorno bipolar.
La policía fue la encargada de calmar a los padres de los niños que recibieron los caramelos de esa farmacia, advirtiéndoles que la ingesta de esas pastillas no era peligrosa. Sin embargo, de acuerdo con lo que publica el diario Daily Star, los efectos más graves podrían producirles nauseas, temblores e incluso pensamientos suicidas.
Por suerte, no hubo que lamentar ningún daño ni efecto ya que toda la medicación fue encontrada antes de que ningún niño la ingiriera.
