La contaminación atmosférica que padecen grandes ciudades como Madrid, no sólo tiene efectos negativos para la salud, sino que también afecta negativamente al rendimiento físico. Sustancias como las partículas, el carbón negro, el ozono, el dióxido de nitrógeno, el arsénico, el cadmio, el mercurio, el plomo o el níquel, pueden aumentar las probabilidades de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, del sistema nervioso central, así como cáncer de pulmón, diabetes, alteraciones de la salud reproductiva o el aumento de la mortalidad por diversas causas, según informan responsables de la Sociedad Española de Medicina del Deporte.
El ejercicio físico aumenta el volumen de aire inspirado por los pulmones, filtrando una gran cantidad de aire atmosférico contaminado. Por ello, la sociedad recomienda que los deportistas deben informarse primero de los niveles de contaminación atmosférica y abstenerse de practicar actividad física al aire libre en situaciones de contaminación elevada. Cuando la contaminación atmosférica no es excesiva se recomienda:
- Realizar la actividad física en las horas de menor contaminación, generalmente en las primeras horas del día.
- Realizar la actividad física en lugares con la menor contaminación posible, como espacios verdes, espacios sin circulación de vehículos, espacios cerrados, etc.
- El trayecto desde el lugar en el que se sale a realizar ejercicio físico (por ejemplo, domicilio) hasta el lugar donde se realiza, no debe utilizarse para realizar ejercicio.
- Si se realiza ejercicio físico junto a carreteras, hacerlo lo más alejado posible de las mismas (a más de 15 metros es lo ideal).
- No realizar ejercicio físico en situaciones de enfermedad (catarro, proceso febril, etc.).
- Reducir la intensidad y duración del ejercicio físico disminuye la cantidad de partículas contaminantes que se inhalan a través de la respiración, por ello el entrenamiento al aire libre en días de mucha contaminación debe ser de menor intensidad y duración, completando algunas de sus partes en ambiente cerrado.
- Utilizar un elemento protector en las vías aéreas (las prendas sólo evitan la entrada de humo; las mascarillas medicinales son más protectoras).
- Los pacientes con enfermedades crónicas respiratorias y cardiocirculatorias deben extremar las precauciones y evitar el ejercicio físico al aire libre con niveles menores de contaminación atmosférica que los individuos sanos.
- No obstante, los beneficios de la práctica regular de actividad física en situaciones de contaminación atmosférica parecen ser mayores que los riesgos de practicarla, por lo que se recomienda seguir practicando ejercicio físico, aún en ambiente contaminado, con las medidas anteriormente indicadas.